Así como todo posee un principio, también cuenta con un ocaso. Tal premisa es aplicada para la existencia como tal, desde la vida misma hasta cada ente que forma parte del universo. En ese sentido, muchas veces es normal preguntarse cuándo será el fin de todo y si la ciencia tendrá la respuesta. Pero, en líneas generales, ¿qué dicen los astrónomos sobre el fin de la Tierra?
No te preocupes, seguramente el fin de los tiempos todavía está demasiado lejos de suscitarse. De acuerdo con la comunidad científica, a mediano o largo plazo, no se posee evidencia sobre amenazas cósmicas propiamente. Sin embargo, el futuro es incierto e indomable, por lo que todo puede pasar.
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El fin de la Tierra. ¿Por qué esta preocupación es tan renuente?
A pesar de que la comunidad científica sustente con hechos que no existe peligro alguno para la Tierra, en realidad la tendencia es otra. Es decir, gran parte de la sociedad está enfrascada en determinar qué pasará con el planeta en un futuro cercano. No obstante, ignoran por completo que son eventos alejados del control humano.
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Desde tiempos inmemoriales, el fin de la Tierra ha formado parte del pensamiento histórico de la humanidad. El miedo y la incertidumbre de no saber cómo reaccionar ante eventos catastróficos, cimientan las bases para plantearse la misma pregunta: ¿Cuándo será el fin?
Con base en ello, se han generado todo tipo de teorías conspirativas ignorando por completo las conclusiones o predicciones científicas. La más famosa de todas ellas, fue aquella que tuvo como protagonista al calendario maya en el año 2012.
Así es, según ciertos análisis con carencia de solidez, situaban el fin de la Tierra para el 21 de diciembre del año 2012. Sin embargo, como era de esperarse y, tras advertencias científicas de que no se daría, en efecto, nada ocurrió.
Más allá de tal anécdota, nunca una teoría conspirativa había calado tanto entre la comunidad en general. Aun así, una vez más, la ciencia triunfó. A su vez, a partir de entonces, los astrónomos se han encargado de desmentir cualquier premisa de este aspecto. Por lo que, en resumidas cuentas, el final de los Tiempos sigue siendo incierto y, hasta ahora, poco probable que suceda.
Entonces… ¿qué podría causar el fin de la Tierra según la ciencia?
Claramente, las teorías conspirativas no van de la mano con hechos sustentables. A pesar de que son simples banalidades que carecen de sentido, las personas sucumben ante el pánico y el eco de la sociedad.
Para cambiar esa realidad, es de vital importancia conocer los verdaderos peligros que asechan al planeta. Aunque el fin de la Tierra sea poco probable en la época actual, no significa que esté totalmente libre de riesgos.
Recuerda que el cosmos es prácticamente infinito, por lo que alberga toda clase de objetos potencialmente peligrosos. Entre los mismos, están los enigmáticos y errantes asteroides, seres catalogados por la sociedad como entes que auguran catástrofes.
Pero, también, existen amenazas plausibles en la propia superficie o atmósfera terrestre. Son precisamente estos eventos amenazadores, los que están causando cada vez más preocupación entre los expertos. Quizá no sean sinónimo del fin de la Tierra, pero si no son tratados adecuadamente, pueden engendrar tiempos difíciles en el futuro.
El asteroide Apophis y su predilección por la Tierra
Descubierto en junio del año 2004, Apophis es un magnífico asteroide que representa una amenaza posible para la Tierra. El mismo, posee una envergadura de hasta 370 metros de diámetro, una característica sumamente monstruosa.
En ese sentido, fue precisamente en el año 2004, donde Apophis causó más revuelo en la comunidad científica. Tras su avistamiento, el asteroide, de acuerdo a ciertos cálculos, fue catalogado como una amenaza real y finita.
La razón principal establecía que, Apophis, cruzaría lo suficientemente cerca de la Tierra como para ser atraído por su campo gravitacional. No obstante, tiempo más tarde y hasta el presente, el próximo encuentro con Apophis, pautado para el 2068, no significa riesgo alguno.
El coloso Bennu y sus dimensiones asombrosas
Además de Apophis, otro asteroide de reciente estudio es Bennu, un objeto espacial de gran envergadura avistado en 1999 en Socorro, EE UU. Con más de 480 metros de diámetro, es uno de las más gigantescas rocas espaciales próximas a la órbita terrestre.
De hecho, sus particulares características, lo han hecho objeto de estudios espaciales de la NASA. Entre ellos, la sonda espacial OSIRIS, planea recoger la mayor cantidad de material rocoso posible para analizar al asteroide. Mediante los resultados obtenidos, se develarán más misterios sobre ellos y su comportamiento.
Aunque futuramente no represente una amenaza directa para la Tierra, Bennu permanecerá estudiado. Como se trata de un asteroide enigmático y errático, no se sabe con exactitud qué ocurrirá dentro de unas décadas.
El calentamiento global es una realidad
Toda la comunidad científica, más allá de la astronomía, ha hecho énfasis en la peligrosidad que está causando la emisión excesiva de CO₂. Con la acumulación de este gas y otros, con efectos nocivos, el planeta comienza a cambiar drásticamente.
En ese sentido, el calentamiento global ha estado dejando su huella durante el último tiempo. El cambio climático, así como el derretimiento de los glaciares, son tan solo algunos de los indicios de estas disyuntivas preocupantes. Quizás, el fin de la Tierra no esté en el espacio, sino en su propio terreno sino se hace algo al respecto.
¿Cuál será el fin de la tierra realmente? ¿De verdad quieres saberlo?
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Con cada nuevo amanecer y con los avances de la tecnología, determinar cuál será el fin de la Tierra es una premisa laboriosa. Además de los posibles escenarios ya planteados, existen unos cuantos más que pueden calar en esa lista.
No obstante, la comunidad científica esclarece que no existe un panorama adverso para la Tierra en décadas cercanas. Eso sí, se debe controlar la influencia del ser humano en el ambiente para cumplir con tal premisa.
De lo contrario, la única respuesta sensata a cuál será el fin de la Tierra, se arraiga más al hecho de la extinción del sol. Así es, la estrella madre no es un ser infinito, por lo que, su futuro envejecimiento es el escenario más contraproducente.